¿Ayudan las Redes Sociales a vender nuestros productos? ¿Cómo podemos aprovechar su potencial para despertar el interés por nuestras nuestras ofertas comerciales y por nuestra marca? En este artículo, te ofrecemos una serie de consejos para conseguir que las Redes Sociales complementen e impulsen nuestros canales digitales de venta directa.
Quieres aumentar el tráfico de tu blog y ya has gastado todas las balas? ¡No te olvides de Linkedin! Esta red social puede ser un gran aliado, y sabiendo cómo hacerlo puedes obtener un buen número de visitas que, junto con las de Facebook, Twitter y otras redes sociales harán despegar tu blog. Vamos a ello:
Instagram es una de las plataformas que ha logrado un desarrollo increíble en los últimos tiempos, llegando a alcanzar los más de 1.000 millones de usuarios activos. Una cifra soñada por muchos creadores de otras tantas plataformas similares a esta.
Entre las primeras aplicaciones que se descargan cuando compramos un móvil están:
Instagram, Facebook, Whatsapp y Twitter (las tres primeras pertenecen a Facebook). Incluso, muchas veces, los fabricantes las incluyen como aplicaciones preinstaladas en sus dispositivos.
Con esta cantidad de usuarios, cada vez son más las empresas que se interesan en promocionar sus productos en esta plataforma y ven a Instagram como una red social capaz de potenciar un negocio, abriendo así, un abanico interesante de posibilidades.
Así que Instagram es asunto serio y la pregunta que muchos se hacen es: ¿se puede vender en instagram? La respuesta es: ¡Sí!. Claro, con ciertos criterios y siguiendo los consejos que te mencionaremos en este artículo.
Facebook ha anunciado que está probando las suscripciones de pago en una pequeña cantidad de grupos de su plataforma, una herramienta de monetización enfocada a los administradores de las comunidades.
Facebook ha revelado en un comunicado que la implementación de las suscripciones busca dar apoyo a los administradores de los grupos de Facebook y que éstos reciban una recompensa por su esfuerzo. Con anterioridad, ya existían ciertos grupos privados a los que había que pagar por acceder, pero los administradores funcionaban con sus propias herramientas de pago.
La introducción de las suscripciones a grupos por parte de Facebook busca facilitar dicha tarea a los administradores, mediante la adición de herramientas dentro de la plataforma para realizar los pagos.
La red social se encuentra probando estas suscripciones en una cantidad reducida de grupos que aportarán el ‘feedback’ necesario para terminar de afinar esta nueva opción de Facebook y mejorarla. ‘Grown and Flown Parents’, un grupo para padres relacionado con cuestiones de admisiones a universidades o preparación universitaria, es uno de los grupos seleccionados, además de ‘Meal Planning Central Premium’, un grupo para los amantes de la cocina.
La Generación millennial o Generación Y: aquellos nacidos entre los años ’80 y comienzos de los ’90, considerados como la primera generación nativa digital. Caracterizados por la hiperconexión y acostumbrados a los grandes cambios: del VHS al streaming; de los teléfonos jos, a los smartphones,… Tanto es así, que el poder de las redes sociales ha logrado influir incluso en nuestro estado de ánimo: conseguir seguidores, tener likes, y en definitiva, conseguir una mancha digital notable. Dentro de esta euforia digital, el próximo 20 de junio se celebra el que es denominado por varios expertos como el día más feliz del año. La llegada del verano, las horas de sol y la jornada intensiva son los elementos principales para denir el 20 de junio como el día opuesto al «Blue Monday» O Yellow Day. Con motivo de la celebración del día más feliz del año, Kaiku Caffè Latte, ha realizado una encuesta dirigida a los millennials, para conocer cómo de felices son y qué cosas les hacen sentir mejor. ¿Estaremos hablando de una felicidad 2.0?
LAS REDES SOCIALES A LA ORDEN DEL DÍA
Con esta encuesta se confirma que la etiqueta de «nativos digitales» es más que acertada en la generación millennial: Más del 80% de los encuestados se declara muy activo en redes sociales. Tanto es así, que 5 de cada 10 encuestados confiesa pasa más de cuatro horas navegando en Instagram, Facebook o Twitter. Muy de cerca, con un 48% de las respuestas, pasan entre 2 y 3 horas en redes sociales.
EL EFECTO PLACEBO DE LAS REDES SOCIALES
En una generación tan digital, las redes sociales ya forman parte del día a día. No es de extrañar que consigan influir en nuestro estilo de vida (de ahí que haya surgido el papel de los influencers), nuestros hábitos de consumo e incluso nuestro estado de estado de ánimo.Más del 75% de los encuestados reconoce cuidar el contenido que muestra en su Instagram, desde una fotografía hasta un instastories. Pese a que 6 de cada 10 millennials arman que el número de seguidores en sus redes sociales no es una preocupación, cabe destacar que al 38,7% restante le preocupa bastante no tener una comunidad de seguidores alta.Uno de los datos más destacados de la encuesta es lo que podríamos denominar como la «felicidad 2.0», y es que más del 70% de los encuestados se siente mejor cuando recibe muchos likes en sus fotografías de Instagram. Un efecto placebo que interviene directamente en el estado anímico de los usuarios.
MÁS ALLÁ DE LAS REDES SOCIALES
No todo son hashtags, Trending Topics y ltros de Instagram. ¿Cómo de felices se sienten los millennials? El 30% se da un notable alto, y el 20% pone a su nivel de felicidad un 7 de nota. Tan sólo el 4% se da un aprobado justo con un 5 en cómo de feliz se siente.Más allá de las redes sociales, en el top 5 de cosas que hacen más felices a la Generación Y, viajar se coloca en primera posición; en segundo lugar, estar con los amigos es una fuente de felicidad; pasar tiempo en familia se lleva la medalla de bronce; detrás, conseguir el trabajo soñado y por último, tener tiempo de ocio para ir al cine, disfrutar de la música o dedicarse a la lectura.
FUENTE: PUROMARKETING
Un hilo en Twitter acaba de abrir la caja de los truenos (o mejor dicho una caja más de los truenos) del mercado de los influencers y de a lo que se tienen que enfrentar quienes lo emplean para llegar a los consumidores. Alejandro Rivas, fundador de MarcaSfera, ha compartido en su perfil en la red social las sorprendentes negociaciones que tuvo que mantener hace unos años con un influencer pre-adolescente con el que querían colaborar en una campaña. El influencer quería cobrar en negro (pero vía PayPal), que no se firmase ningún tipo de factura y que su padre no se enterase de todo lo que estaba haciendo. «Me repite lo mismo: Esto lo que hay, este mes ya han aceptado estas condiciones 4 marcas. La cantidad pactada para la campaña es superior a 1.000 €, hago cálculos, cobra más del doble de lo que cobro yo, con 12 años», publica en uno de los tuits del hilo. El caso resulta sorprendente, llamativo y parece un ejemplo sacado de entre lo más raro y peor del marketing con influencers, pero lo cierto es que posiblemente no sea más que una gota de agua más en el mar de la cara B del marketing con influencers. Este formato de marketing en la era de las redes sociales se ha convertido en una de las grandes esperanzas de los marketeros para llegar a sus consumidores de forma efectiva, pero también en ya un escenario con muchas sombras. Puede que el marketing con influencers se presente como un elemento con mucho potencial para triunfar, pero tiene ya una cara B muy poco recomendable.
El lastre de los influencers gorrones
Hecha la ley, hecha la trampa. El refrán popular se puede aplicar también a lo que está ocurriendo con el marketing con influencers y con el pico de interés que ha despertado tras su, por así decirlo, consagración. A medida que las marcas y las empresas han empezado a mostrar más interés por este formato de comunicación, también han aparecido quienes se
El punto negativo de todos estos influencers más bien de palo que han aparecido en los últimos tiempos es que se ha producido el nacimiento de una especie de posición alternativa, la de que aquellos que usan el poder de convocatoria del término influencer para sacar lo que se pueda gratis. Es lo que se podría llamar el influencer gorrón, que ya ha protagonizado no pocas historias y no pocos escándalos virales. El comentario que TripAdvisor tuvo que retirar de un restaurante después de que sus dueños demostraran que la persona que lo había escrito no había estado allí (pero sí que había pedido antes comer para poder dejar su opinión como influencer), restaurantes a los que les proponen ya hacer una cobertura de influencer por una comida gratis y un pago extra… Todo esto está desvirtuando el mercado y está haciendo que los influencers empiecen a ser vistos de un modo mucho menos positivo.
La desprofesionalización satura y tira el mercado
Muchos de estos comportamientos vienen marcados por una cuestión, la misma que antes también ha afectado a muchos otros sectores con la llegada de la red. El hecho de que internet permita que cualquier tenga un altavoz ha creado muchas oportunidades muy positivas, pero también ha hecho que se desprofesionalicen muchos terrenos. No hay más que pensar en los medios de comunicación y como se ha desprofesionalizado el trabajo de publicar contenidos. Los influencers que se han labrado una posición y una carrera, tras años de trabajo duro y de convertirse en referentes en el terreno en el que hablan, están viendo como el mercado se está llenando de recién llegados que simplemente vienen a por el dinero fácil o por los productos gratis. No tienen muchas veces las líneas éticas del trabajo de quienes llevan mucho tiempo en el mercado o tampoco su profesionalidad, lo que hace que trabajar en este entorno sea mucho más difícil y mucho más saturante. A todo esto, también habría que tener en cuenta que – aunque hay quienes llevan muchos años trabajando en esto y posicionándose – no todos ellos son igualmente profesionales y no todos tienen las mismas líneas éticas de trabajo.
La publicidad se camufla
Al fin y al cabo, ahí está uno de los grandes problemas del marketing con influencers y lo que se puede convertir en un momento dado en uno de los grandes problemas a los que tengan que enfrentarse las marcas y las empresas que trabajan con ellos. La publicidad está jugando en este terreno con normas de lo más difusas. ¿Qué es publicidad y qué no lo es de lo que publican los influencers? Como ocurrió años atrás con las blogueras de moda y su boom, la presencia de las marcas es recurrente y una parte muy importante de esa presencia es de pago. Pero, a pesar de que esa presencia es de pago, para quien está al otro lado resulta muy difícil comprenderlo o descubrirlo. Lo que se está viendo es publicidad, pero las marcas que lo indican son difusas y están poco claras. Aunque los influencers deberían regirse por las mismas normas que la publicidad en general, el mercado es casi un Salvaje Oeste del todo vale y de hacerse de oro antes de que cambien las tornas en el que no pocos empiezan a pensar ya que debería implantarse una regulación clara y específica. Por ahora se usan ciertos hashtags para indicar (a veces) que es publicidad, ¿pero es esto suficiente?
¿Cuánto hay de real en las audiencias?
empezarse a medir las audiencias que tienen los influencers y a observarse quiénes las componen de un modo mucho más preciso y mucho más claro. Las audiencias millonarias no lo son a veces tanto e inar la lista de seguidores para parecer relevantes no es tan complicado. De hecho, un ejemplo claro de cómo se puede crear a un influencer de la nada con una lista de seguidores comprada está en el trabajo que hizo el pasado verano una agencia, que creó dos perles usando fotos de stock y comprando poco a poco seguidores. En cuanto cruzaron un número mágico en audiencias, empezaron a recibir propuestas de campañas publicitarias. El universo cartón piedra de los influencers A eso se suma que la realidad de lo que muestran las fotos y los contenidos publicados (y que conectan con los seguidores porque, en teoría, son contenidos auténticos que representan su vida real y los hacen ser expertos en esas materias) son en no pocas ocasiones visiones idealizadas y escenificadas de la vida en la que se mueven estos influencers, especialmente en ciertos terrenos. Si ya en general los internautas hacen una suerte de purga y censura previa de lo que suben a sus redes sociales, como es el caso de Instagram, en este caso ocurre algo mucho más claro. Lo importante no es la realidad, sino el cómo queda.
Fuente: PuroMarketing
Pero, al mismo tiempo, también ha creado una cierta expectativa que no siempre se cumple. Se espera que los contenidos sean como una suerte de herramienta mágica que haga que se logren todos los resultados posibles, lo que hace que cuando esto no ocurre se produzca una desilusión mucho mayor. De entrada, las marcas y las empresas deberían asumir que los contenidos no son una varita mágica que va a solucionar todos sus problemas. Y, a continuación, deberían hacer autocrítica para analizar qué están haciendo bien y qué están haciendo mal y por qué los contenidos no están dando los resultados que esperaban.
Y es que en ocasiones los contenidos no funcionan porque, directamente, no se están haciendo bien las cosas. Como apuntan en un análisis de Marketo, se producen una serie de errores que lastran los resultados de esta apuesta de marketing.
El contenido no es relevante
Es posiblemente la más lógica de las razones, pero también la que posiblemente cueste más hacer comprender a los directivos de las empresas. Como explican en Marketo, las expectativas de los consumidores y de los responsables de marketing son diferentes. E incluso las propias expectativas de los consumidores son diferentes entre ellos. Lo que cada uno de ellos quiere en cada momento diferente es distinto.
Por tanto, para que el contenido funcione tiene que adaptarse no a lo que el director de marketing o el CEO creen que sería interesante que el consumidor leyese, sino más bien a lo que interesará a ese consumidor y lo que encajará con ellos. Además, personalizar lo que se cuenta también ayuda a que el contenido llegue mejor.
El contenido no llega en el momento adecuado
Muchas veces las compañías se entregan a una compleja burocracia que determina cuando se van a publicar las cosas y qué cosas se van a decir. Esto hace que sean muy lentas a la hora de publicar contenidos y que limiten también el potencial alcance de aquellos contenidos que funcionan de un modo espontáneo.
Además, y como recuerdan en el análisis, no se debe perder de vista otra cuestión. Los consumidores dedican ventanas de tiempo muy pequeñas a procesar contenidos y a determinar si algo les interesa. El consumidor quiere el contenido cuando lo necesita y cuando le viene bien y no entrar en esa ventana de interés hará que se pierda directamente la oportunidad.
El contenido está muy bien, pero no está llegando por donde debería hacerlo
Otro error de estrategia que acaba lastrando los contenidos y cómo se reciben es el de no escoger de la forma más correcta dónde se sirven. No solo importa el contenido y el momento en el que se lanza el mensaje, sino también la vía que se emplea para hacerlo. Los consumidores están cada vez más conectados y cada vez tienen más vías de contacto, pero el modo en el que usan cada una de estas vías es completamente diferente. Cada cosa sirve para algo concreto, al tiempo que también existen diferencias entre cómo cada grupo demográfico usa los diferentes canales. No es lo mismo el modo en el que un millennial emplea Facebook que el modo en el que lo hace un baby boomer, por ejemplo.
El contenido no es consistente
Una de las recomendaciones que se hace de forma regular sobre el marketing de contenidos es el que se debe establecer una estrategia. Antes de trabajar en este terreno, se debe establecer qué se quiere hacer con ello y cómo se logrará. Esto, igualmente, ayudará a que los contenidos sean siempre consistentes y que la compañía siga una dirección y cree así una imagen de marca.
Como apuntan en el análisis, no se debe hacer una estrategia de ir apagando fuegos, sino que hay que pensar quién es la audiencia y cómo se puede llegar a ella. A eso se suma, que la experiencia de contenidos tiene que ser similar a la que la marca ofrece en otros terrenos. Si se está personalizando muy bien en compras, por ejemplo, no se debería perder de hacerlo también en contenidos.
Fuente: PuroMarketing
El mundo de las redes sociales es uno de ellos. Las cosas están en constante evolución y las compañías tienen que estar adaptando su estrategia de marketing en todo momento. ¿Qué deben esperar las marcas y las empresas del futuro? ¿Cuáles serán las tendencias que dominarán el social media marketing en 2020, ese año que se ha convertido en momento hito en tantas previsiones y tantos planes pero que en realidad está a la vuelta de la esquina? En Hootsuite se han hecho la pregunta y de sus análisis y previsiones se pueden extraer 10 grandes tendencias.
Las redes sociales continúan creciendo
Las redes sociales llevan ya un tiempo en el mercado, lo que hace pensar que en cierto modo ya habrán llegado a sus límites. ¿Queda alguien todavía por descubrir Facebook? ¿No estaremos de hecho en ese momento en el que lo que empieza es a enfriarse el entusiasmo? En realidad, y según las estimaciones de Hootsuite, las redes sociales van a seguir creciendo. En 2017, un millón de personas nuevas se abrían perfiles sociales cada día. Parecen cifras de infarto, pero seguirán en los próximos años. De hecho, a las redes sociales aún le quedan mercados por conquistar. En África, los ratios de crecimiento son ahora mismo muy rápidos, porque están también creciendo en penetración de internet.
Lo que cambiará en los próximos tiempos son las dinámicas demográficas. De hecho, se espera que en 2020 quien domine sea Instagram, porque empezará a tener peso y relevancia entre los usuarios de más edad. Ya ahora los usuarios son mayores de lo que se pensaba y como señalan en el estudio ya hay más usuarios de entre 45 a 54 años que de entre 13 a 17.
Para encontrar productos nuevos cada vez confiaremos más en lo visual
O lo que es lo mismo: querremos ver fotos y otros elementos audiovisuales de las cosas que queremos comprar. Esto hará que cada vez se hagan más búsquedas en redes sociales para encontrar nuevos productos que nos interesan (en algunos mercados como Latam o África, las búsquedas sociales son ya más poderosas que las de buscadores en descubrimiento de nuevos productos) y el crecimiento del peso del móvil como punto de acceso a la red hará que esto vaya todavía más en aumento.
A eso se suma que también cambiará el modo en el que buscamos. Un analista predecía que el 50% de todas las búsquedas que se hagan en 2020 se realizarán con imágenes o con voz. Los asistentes serán por tanto más poderosos, pero también herramientas que ahora mismo no parecen tan relevantes (como por ejemplo las búsquedas por imágenes en redes sociales especializadas, como Pinterest).
Se alcanzará la saturación en vídeo social
Cada vez hay más vídeos en redes sociales y cada vez se ven más vídeos en este entorno, pero como todo esto también implica que se va hacia un destino final. A medida que también se hace más fácil compartir y generar vídeos, se va acercando el momento en el que el mercado se sature. Lo que ahora es la gran ventaja para las marcas que saben usarlo, dejará de serlo en el futuro inmediato a medida que haya vídeos en cada esquina.
Esto llevará a que el vídeo cambie y que sus usos se hagan más especializados. El vídeo empezará a destacar sobre todo como una herramienta para el social ecommerce, en el que será la herramienta para conocer mejor los productos; como herramienta de comunicación directa, con uso de vídeos en apps de mensajería; o como herramienta para hacer lo que el estudio llama ‘networking pasivo’, en el que se suben vídeos presentando qué se es y qué se hace.
El social commerce sigue sin estar muerto
Lo ha intentado muchas veces y hasta ahora no ha cuajado mucho, pero el social commerce no ha muerto (todavía). De hecho, en las previsiones a futuro próximo se espera que vuelva a intentarlo. En los próximos años, el comercio electrónico en redes sociales tomará un nuevo impulso y lo que se está haciendo ahora y se hará en esos años será una especie de creación de bases para lo que podría ser un futuro mucho más positivo para el s-commerce.
Ha llegado – ahora sí – el momento de la realidad virtual y de la realidad aumentada
La culpa la tendrán los miembros de la Generación Z, los herederos de los millennials y los que se espera que cambien muchas cosas en lo que a marcas y empresas toca. Según las previsiones del estudio, en 2020 tanto la realidad virtual como la aumentada estarán mucho más presentes, ya sea ayudando a probar productos, creando campañas específicas o generando nuevas oportunidades de comunicación. Lo harán porque la Generación Z será usuaria de estas herramientas e impulsará su entrada en la estrategia de las marcas.
El nuevo jefe de moda será el ‘social CEO’
No es un nuevo perfil para el organigrama, sino una nueva manera de ser consejero delegado. A medida que los espacios de trabajo colaborativo se van convirtiendo en ‘lo nuevo normal’ (hay que pensar en Slack para ver el ejemplo) y a medida que se convierten en más decisivos para la supervivencia de la marca el branding de empleado y el ser capaces de comprender la necesidad del social listening, los altos directivos también cambiarán.
Serán jefes que saben escuchar y que son capaces de usar esta información como elemento de valor añadido. Esto les llevará no solo a escuchar y a implicarse, sino también a cambiar su modo de liderar. El líder distante y el jefe en su torre de cristal dejarán paso a un CEO que se comunica de forma más directa y más personal.
Amazon será uno de los jugadores del mercado publicitario
No es exactamente nuevo. En realidad, es lo que llevan meses apuntando los analistas. El duopolio de Google y Facebook se romperá con la entrada de un nuevo jugador, Amazon. Gracias a sus conocimientos de cómo se comportan los compradores, será el nuevo elemento atractivo para las marcas y empresas en su estrategia publicitaria.
La inteligencia artificial tendrá un impacto en la actividad de las empresas
Quizás 2020 no será el año en el que la inteligencia artificial esté por todas partes, como la electricidad (como adelantaba un matemático estrella, Cédric Villani) pero sí estará ya en una posición destacada dentro de la estrategia de las empresas. La IA ayudará a gestionar ventas y a potenciarlas y las compañías tendrán que ser capaces de adaptar su estrategia de marketing a un entorno en el que las máquinas serán cada vez más poderosas.
De hecho, los algoritmos no solo ayudarán a las empresas, sino que además serán también quienes creen sus barreras de entrada. Los consumidores acceden cada vez más a contenidos que segmentan y escogen algoritmos.
Los mercados emergentes serán los que marquen las tendencias móviles
Los emergentes están entrando en la red de forma fundamental a través del móvil, lo que los convierte también en la cuna de la innovación en ese terreno. Serán quienes marquen cómo evolucionará el mercado de la mensajería o del ecommerce desde el móvil.
Las noticias falsas estarán marcando la agenda y tendrán un impacto en las redes sociales
Las noticias falsas y el papel que las redes sociales tienen en su distribución se han convertido en uno de los temas del momento, especialmente a medida que se va sabiendo más sobre cómo han impactado en decisiones políticas. Las previsiones de los expertos apuntan a que en 2020 habrá una regulación sobre la materia y que las principales plataformas de redes sociales tendrán unas reglas del juego mucho más claras.
Además, las regulaciones serán mucho más estrictas en términos de datos y gestión de audiencias. Hasta ahora era el Salvaje Oeste. En 2020, será un espacio en el que las administraciones públicas ya habrán tenido tiempo de decir mucho.
Fuente: PuroMarketing
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